EM y la conexión
mente-cuerpo
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Hemos hablado sobre la mente y cuerpo como si se tratara de dos entes separados, pero en realidad ambos están inextricablemente enlazados. Casi todo lo que nuestro cuerpo hace está controlado o es moderado por información que le llega del cerebro o la médula espinal, es decir, el sistema nervioso central (SNC). De hecho, este alto nivel de interacción ha permitido mecanismos de supervivencia importantes que nos han ayudado a tener éxito como especie en muchos entornos y situaciones diferentes. Por ejemplo, nos permitió ser excelentes cazadores-recolectores en tiempos prehistóricos .
Cuando el cerebro siente peligro desencadena la liberación de las hormonas del estrés, adrenalina y cortisol, desde las glándulas adrenales (que se encuentran en la parte superior de los riñones). Esto produce algunos cambios fisiológicos diseñados para preparar al cuerpo para la acción: se incrementan la respiración y ritmo cardiaco, se eleva la presión sanguínea, el flujo de sangre al cerebro y las extremidades, el azúcar en sangre sube rápidamente, el sistema digestivo ralentiza su actividad y aumenta la acidez del estómago. Aunque este reflejo de “pelear o huir” fue crucial para la supervivencia de nuestros ancestros, en los tiempos modernos puede trabajar contra nosotros.
El problema es que el cerebro no puede determinar la diferencia entre un peligro físico real, como ser perseguido por un tigre y un temor imaginario como preocuparse sobre cómo pagará la factura de su tarjeta de crédito este mes; la respuesta ante el estrés es la misma. Ese sentimiento nervioso y de mariposas en el estómago que experimenta es el reflejo de pelear o correr poniéndose en acción. Esta es la razón por la que el estrés puede causar graves problemas en su salud a largo plazo.21 Niveles elevados de cortisol pueden realmente atenuar el funcionamiento del sistema inmune y ponerlo en riesgo de resfríos y otras infecciones, mientras que la adrenalina eleva la presión sanguínea y sobrecarga el sistema cardiovascular. En otras palabras, nuestro estado fisiológico tener un enorme impacto en nuestra salud física.
Los científicos conocen desde hace mucho la relación entre la mente y cuerpo cuando se trata de la enfermedad y algunos estudios han demostrado cómo la mente puede influenciar al sistema inmune. Por ejemplo, en un estudio en el cual se tomaron muestras de sangre a estudiantes de medicina antes y durante la semana de exámenes, mostró que los estudiantes tenían niveles menores de células T (las células que atacan y destruyen las bacterias invasoras) cuando se encontraban estresados.
Pero si tu mente puede empeorar tus síntomas, ¿también podrá mejorarlos? Bien, el así llamado el efecto placebo es el ejemplo perfecto de que así es. Para probar cuán efectivo es un fármaco los investigadores normalmente dividen a los sujetos en dos grupos, uno de los cuales es tratado con el fármaco y el otro recibe un placebo que se ve como el fármaco, pero no contiene ingredientes activos. Resulta interesante que los estudios sobre algunas enfermedades muestran que algunas personas tratadas con placebo pueden experimentar una mejora en su salud. Curiosamente, esto también puede ocurrir en circunstancias en las que son conscientes de estar tomando un placebo. Las razones no han sido completamente entendidas y pueden deberse a algunos otros factores relacionados con el proceso del ensayo clínico como una mayor atención del médico. Pero nada de esto fue una sorpresa para Hipócrates, quien hace más de 2000 años escribió: “la fuerza de sanación natural dentro de cada uno es la fuerza más fuerte para impulsar la mejoría.
Vivir con una condición tan difícil como la Esclerosis Múltiple (EM) definitivamente conlleva una gran parte de estrés y ansiedad. Aunque es entendible que a veces se sienta preocupado, toda la evidencia apunta al hecho de que mantener un estado mental positivo puede ser beneficioso para su salud.
La meditación es un gran ejemplo de ello y ha demostrado un gran número de beneficios sobre la salud al reducir la ansiedad y disminuir la presión sanguínea. Sea que asista a una clase de meditación, descargue una de las cada vez más populares aplicaciones como ‘Headspace’, tome baños de bosque o que solo pase diez minutos cada mañana enfocándose en su respiración y aclarando su mente, puede notar una gran diferencia en su salud física y mental.
La terapia cognitiva conductual, una forma de terapia que nos ayuda a enfrentarnos a los pensamientos inútiles y desarrollar mejores estrategias de adaptación, es otra herramienta útil para el manejo del estrés y ansiedad y se utiliza cada vez más en tratamientos médicos para algunas condiciones de salud de largo plazo como la fatiga crónica. Quizá la estrategia más útil de todas es simplemente hablar sobre sus sentimientos . ¿Recuerda el estudio con estudiantes de medicina estresados? Los investigadores encontraron que las respuestas inmunes eran más débiles en los estudiantes que informaron sentirse más solos . En otras palabras, pasar tiempo con amigos y seres queridos puede ser la mejor medicina.
Está claro que nuestro estado mental puede afectar a nuestro cuerpo, pero en realidad trabaja en dos vías. Aunque los beneficios físicos del ejercicio han sido reconocidos desde hace mucho tiempo, cada vez mayor evidencia sugiere que el ejercicio también puede mejorar el estado mental. Seguramente que ir a la piscina o atarte las zapatillas para un paseo vigoroso puede ser lo último que tienes ganas de hacer cuando estas cansado o ansioso, pero la mayoría de médicos lo prescribirían. En primer lugar, el ejercicio es un maravilloso antídoto para el estrés. Recuerde las hormonas del estrés de las que hablamos, las que le ayudan a lidiar con el peligro. El ejercicio es una gran forma de evitar que los niveles de cortisol y adrenalina se eleven demasiado además de mejorar el ritmo cardiaco en reposo y la captación de oxígeno del organismo.
También hay que considerar el hecho de que el ejercicio ocasiona que el cerebro produzca químicos que lo hacen sentirse bien, llamados endorfinas, que te proporcionan un impulso natural. De hecho, una revisión de 30 ensayos que compararon los antidepresivos, terapia (como la terapia cognitiva conductual) y placebos concluyeron que el ejercicio puede proporcionar un efecto similar al tratamiento de los síntomas de una depresión leve. Las endorfinas han demostrado fortalecer el sistema inmunológico y reducir la percepción del dolor, ¿Qué te parece ese triple efecto?
El ejercicio regular también te ayuda a sentirte más en control de su cuerpo, una confianza interna que lo empoderará para tomar otros retos en tu camino. Lo que significa que es menos probable que se sienta estresado por las cosas que no importan y más resiliente cuando se trata de lidiar con las cosas que sí lo son. Buenas noticias para tus niveles de felicidad y tu salud. ¡Oh, que lejos hemos llegado!