La mayoría de los pacientes con EM reconocen los síntomas a los pocos meses de su diagnóstico. Sin embargo, los síntomas emocionales no son visibles externamente, por lo que pueden ser pasados por alto por las familias o cuidadores de pacientes con EM e incluso por los propios pacientes. Muchas veces los cambios emocionales que sufre el paciente se encuentran conectados con cómo se siente físicamente, por eso se deben abordar de manera conjunta. Es importante por lo tanto revisar cuáles pueden ser estos síntomas y tenerlos en cuenta al momento de hablar con tu médico sobre la evolución de tu enfermedad.
¿Cómo afecta la EM a tu estado mental?

Depresión
Las personas con EM experimentan sentimientos de depresión más que las personas que no la padecen. Es comprensible que la EM también pueda causar mucha ansiedad. Tu estado de ánimo puede estar deprimido o agitado debido a todos los desafíos y pérdidas que conlleva tener EM. Los estudios sugieren que la depresión también puede estar relacionada con los cambios físicos causados por la enfermedad. La “depresión” puede referirse a una variedad de estados emocionales y puede variar desde sentirse deprimido durante unas horas hasta una depresión clínica grave que puede durar meses. Es común que las personas que padecen EM se sientan deprimidas, es comprensible y no hay nada de qué avergonzarse.
Si no se trata, la depresión puede empeorar otros síntomas de la EM (como fatiga, dolor y cambios cognitivos) y puede reducir
tu calidad de vida. Si bien los síntomas físicos a menudo exigen atención, los síntomas emocionales también son importantes.
Tener mal humor o sentirse deprimido de vez en cuando es normal y es diferente de la depresión clínica. La depresión clínica
no cede y se caracteriza por tener síntomas durante dos semanas o más.
Los síntomas de la depresión clínica son:

¿Cómo afecta la EM a tu calidad de vida?

Calidad de vida
La EM puede tener efectos de amplio alcance en tu vida diaria. Tus relaciones pueden cambiar y hacer menos cosas, ver a menos personas, sentir más estrés, vergüenza y frustración, tener problemas financieros o lidiar con no tener a nadie con quien hablar que pueda entender. Hacer frente a una enfermedad crónica como la EM requiere mucho trabajo y puede ser difícil mantener el ánimo en alto, pero es posible.
Hay cosas que puedes hacer:
- Aprovechar la ayuda y el apoyo de tus profesionales sanitarios
- Tratar de cuidarte (comiendo bien, haciendo ejercicio y manejando el estrés lo mejor que puedas)
- Pedir ayuda a grupos de pacientes, amigos y familia
- Mantenerte al tanto de tus planes de tratamiento y supervisar de cerca cualquier cambio para trabajar en retrasar la progresión de la enfermedad.
¿Cómo afecta la EM a tu vida social?

Vida social
La EM puede afectar tu vida social y otras relaciones. Es posible que tengas menos capacidad para salir y hacer cosas, y tus relaciones con las personas que te rodean pueden sentirse diferentes. Es posible que debas aprender a comunicar tus sentimientos y hablar con tu entorno de manera diferente.
No hay ninguna razón por la que no puedas seguir siendo social. Puede ser útil priorizar las cosas que haces y decir no a algunas, planificar y prepararte para los desafíos de movilidad, las fluctuaciones de temperatura exterior y/o problemas de vejiga, y aprender a abrirte sobre las luchas que puedes tener, con amigos y miembros de tu familia.
¿Cómo afecta la EM a tu trabajo?

Trabajo
Muchas personas con EM continúan trabajando durante muchos años después de ser diagnosticadas, mientras que otras encuentran que la enfermedad interfiere demasiado con sus trabajos, lo que las lleva a cambiar de carrera o de puesto. Tu situación es específica. La EM puede afectar tu capacidad para hacer el trabajo o sentirte físicamente cómodo y capaz en el lugar de trabajo. A menudo, la mayor barrera para trabajar es la falta de comprensión de los empleadores o compañeros de trabajo sobre la EM. Puede ser útil desarrollar estrategias para controlar tus síntomas y ayudar a tus colegas a comprender. El efecto de la EM en tu capacidad para trabajar es otra buena razón para tratar de controlar tu enfermedad y consultar con tu médico tanto como sea posible.
¿Cómo afecta la EM a tu sexualidad?

Sexualidad
La sexualidad es una parte compleja de nuestras vidas y combina lo físico y lo emocional. Las presiones externas, como lidiar con el estrés, sentirte ansioso o deprimido, cambios en la dinámica de tu(s) relación(es) romántica(s) o tener sentimientos sobre tus otros síntomas y lo que significan, pueden hacer que sientas menos ganas de tener relaciones sexuales.
¡Puede ser complejo! Hablar de tus sentimientos con tu pareja, discutir tus preocupaciones con tu médico o hablar con un consejero de relaciones puede ayudarte a mantener o recuperar tu yo sexual.
Algunos de los síntomas más comunes de la EM pueden ser: